El candidato al que ARENA obligo a renunciar 1.

DENUNCIA PÚBLICA

San Salvador, 04 de febrero de 2009

 

Miembros del Partido de Conciliación Nacional

Hermanas y hermanos

Ciudadanas y ciudadanos salvadoreños

 

 

El 31 de agosto de 2008 fue una fecha muy feliz para el pueblo cristiano.  Ese día sentimos concluida nuestra búsqueda de una opción viable para el país que permitiera la participación de un sector que había sido marginado por las administraciones del partido de Gobierno. Estando pues conscientes de que Arena ya no era una opción, el Lic. Chévez aceptó confiado la propuesta de la dirección del Partido de Conciliación Nacional de construir una vía alternativa, un gobierno ciudadano y cristiano que permitiera conformar una fuerza capaz de sacar al partido de gobierno y alcanzar los anhelos de justicia y verdad que tanto añoran nuestro pueblo.

Durante los meses que ha durado la candidatura, miles de personas se acercaron para manifestarle el apoyo, confianza y esperanza en lograr estos cambios. Muestra palpable de ello es el crecimiento inobjetable que tuvo este instituto político en San Salvador, La Libertad, Chalatenango, Ahuachapán, San Vicente y Cuscatlán con respecto a 2006. Sólo una identificación con los principios e ideales expuestos anteriormente explican el repunte electoral del PCN del pasado 18 de enero.

Sin embargo, determinadas estructuras del instituto político que lo propuso, han permitido que el poder del hombre les doblegue la voluntad, han sucumbido a los intereses del partido de gobierno para quienes una vía alternativa representa un peligro.

Como personas cristianas y como unos ciudadanos más, estamos conscientes de la necesidad de una alternativa en nuestro país. Una transformación que dé fin a la sujeción tradicional de determinados partidos políticos a Arena; que termine con años en que más allá de negociaciones han existido negocios políticos.

Es por lo expuesto anteriormente que hoy, denunciamos al partido de gobierno de estar presionando a nuestra fórmula presidencial para que renuncie a la candidatura. Cualquiera que sea el resultado, y confiados en la sabiduría divina, sabemos que el votante sabrá dar un voto de castigo a los que pretenden mancillar los principios y la confianza depositada por la población, conscientes que éstos no son negociables.

 

Equipo de prensa de la Fórmula Presidencial